Sin ofender

Texto escrito para la presentación del libro Sin Ofender, de Luciana Garabello. Museo Nacional de Bellas Artes. 2023

Siempre me gustaron las cosas raras, distintas, diferentes, desde que tengo memoria. 

la gente pelirroja,  la gente que dibuja y escribe con, los muy altos y los muy pequeños, la gente que  habla muchos idiomas, las Personas silenciosas, la gente que  tiene una mancha en la cara, las cicatrices, puedo estar horas mirando  a gente hablar en  idioma de señas. 

La naturaleza es el universo de lo diferente, no hay dos flores iguales. Amo las flores negras, las piedras con formas raras, árboles azules, los Fiordos, acantilados inaccesibles, volcanes en erupción,  el eco en las montañas, donde te devuelve  tu propia voz sin ser tu verdadera voz, lagunas sin fondo, tirar piedras y que reboten en el agua , los peces que sobreviven después de estar meses congelados, la danzas de los pájaros,  aún los maremotos, me fascinan, puedo pasar literalmente horas observando estas diversas formas que tiene la naturaleza, sin intentar descubrir el truco o el misterio, solo disfrutando. básicamente amo lo que no termino de entender.  Y lo que no es fácil de entender porque es diferente, porque se corre del canon,  me resulta especial, único y atractivo. Por eso, por ser ÚNICOS.

Y hablando de únicos y únicas…

La primera vez que vi a LU, fué en redes, me crucé con una mujer bailando sola en pijama, y cuando digo sola digo con ella,  bailaba sola con ella, sonriendo y para ella, con lo cual no estaba sola, estaba en su mundo . Bailaba en un departamento alto, lo que daba un efecto que bailaba en un abismo, en el cielo, de inmediato la amé, porque también era única y diferente sin saber nada de ella, me quedé mirándola con una sonrisa.

También publicaba cosas que Luisa decía, comentarios absolutamente geniales (muchos de ellos están en el libro)

Al poco tiempo empezamos a escribirnos, descubrimos que compartíamos raíces húngaras ( magyares) y el arte. Siempre amé sus paisajes de agua de colores y le pedí que me haga un mural en mi casa en el bosque.

Vino a visitarme una tarde de invierno, realmente no nos conocíamos pero había una unión mágica y hermosa, ella estaba en mi jardín. Yo recién terminaba el  tratamiento de un cáncer muy complicado, su visita era aire fresco, agua mineral. 

Comenzó a contarme que estaba preocupada, que se sentía rara, PERDIDA, dijo. A lo que yo le dije: que maravilla ¡! Lu me miró fijo.  En buena hora!  le dije, porque creo que cuando uno se pierde y se sabe perdida es el momento donde uno busca la salida,  el camino, la forma, busca ayuda.

 Me habló de Luisa, de su talento y de sus dificultades en la escuela ( no encaja dijo),  de Olivia de su hermosura y su fortaleza, mientras hablaba de ellas, su mirada se encendía llena de amor.  Lu creía que atravesaba ataques de pánico, le daba miedo manejar.

Fue un encuentro breve y hermoso, hablamos de arte y hablamos de plantas, hablamos de familia, de salud mental y de salud física y hablamos de algo que no se habla mucho ( y que insisto en hablar) del mundo espiritual (que no es el mundo de la religión) 

Al poco tiempo encontró por fin el diagnóstico y apareció la palabra AUTISMO.  Y ahí yo me di cuenta que perdida estaba Yo con el tema. En cambio LU se encendió, se ordenó y se calmó. Casi de inmediato todo tenía sentido, las charlas, las terapias empezaron enfocarse en el diagnóstico y como sobrellevarlo en familia y por supuesto con amor.

Los artistas también tenemos una condición, también históricamente fuimos vistos como bichos raros (aun ocurre ) que digo que soy artista y me preguntan: ¿y de qué trabajas? 

Los artistas, como Lu, como Luisa y como Olivia ( basta ver sus fotos ) tenemos otra  forma de mirar el mundo, de observar la realidad que nos rodea, la vemos y la interpretamos. Es un trabajo difícil y fabuloso al mismo tiempo. Como supongo debe ser el mundo autista, otra manera de ver, otra manera de sentir, otra manera de comunicar. 

En el arte también hay asperezas con lo diferente, Cada movimiento artístico que surgió en la historia del arte fué criticado, sobre todo por los artistas, en el renacimiento, en neoclasico en el barroco, romanticismo, en el impresionismo, en el cubismo, en el surrealismo y ni hablar en el arte contemporáneo, en todos los ámbitos existen prejuicios por lo diferente, porque se establece una norma y todo cambio genera miedo. Miedo a no pertenecer, a sentirse excluido.

Esta joya que hoy se presenta SIN OFENDER , no es más ni menos que una obra de arte. Una mirada amorosa de una situación familiar, social y vincular atravesada por el autismo. Donde una vez más queda demostrado que el amor, la familia, las terapias, el arte, el comprender y escuchar al otro (que no ve ni siente las cosas como uno), más una voluntad de una editora  que escucha a Lu, mas sus terapeutas, más su círculo íntimo que la apoya (Fresia, Atahualpa,  Andrea, por nombrar a algunos seres del amor) hace posible esta publicación, como que como dije,  es una obra de arte en forma de cuento, en forma de acuarelas, en forma de manga, en forma de frases y en forma de familia. 

No tengamos miedo de no encajar en todo, no tengamos miedo de convivir con lo diferente, lo único importante en la vida es ser buena gente,  ser amables y sentir empatía. 

Y como le dije a Lu aquella tarde de invierno, permitámonos estar perdidos, y si nos hace falta pidamos ayuda para salir. Festejemos la diversidad en todos los ámbitos, laborales, familiares y sociales,  a ver si por fin  conseguimos ser una sociedad más justa.

Gracias

Nushi Muntaabski

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